mercoledì 30 giugno 2010

Momento en que se impone el Palio a Mons. Wenski
foto Dani Soñe
Mi esposita conduciendo todas las transmisiones desde Miami
Aun le quedaba tiempo para reir conmigo
foto Skype captada en Roma del estudio en Naranja.


Dos extremos de mi vida.

Uno en Roma el momento mas grande en la vida de Monseñor Wenski. Ser metropolitano como lo es Bendicto XVI, se esta cargando a la espalda las ovejas de toda una arquidiocesis. No se puede comparar con ninguno de los cargos anteriores que haya tenido. No hay ninguna de sus asignaciones que puedan igualar en amor, comunion y cercania con el Vicario de Cristo como esta.

El sacerdote hijo de Miami, al que vimos hacerse obispo en nuestro patio, al que prestamos para que guiara los destinos de la hermana Diocesis de Orlando. Hoy vuelve a casa y vuelve cargando a la oveja perdida. El es el buen pastor entre nosotros.

Monsenor Wenski , su buen humor, su buen talante , un dia aqui en el peregrinaje mientras se amarraba un zapato me preguntaba y como van las cosas Gonzalo...Asi de simple no se anda con titulos o aspavientos cercano, abrazado todo el tiempo de su mamá haitiana que ha llevado con el a todos lados...un grupo de sacerdotes de la arquidiocesis le apoyaron en todos los dias de peregrinaje.

El haber vivido esta experiencia le ha puesto polvora nueva a mi armamento, mi biblia, mi catecimso universal de la Iglesia y mi rosario. La fuerza de Cristo que se mueve atravez de los siglos, la sangre de los martires, la ocupada vida del Santo Padre que no para de laborar por el evangelio, dos lazos que dejo tendidos en Roma ...muchas cosas me envian ahora de vuelta a echarle muchas ganas a jugarmela con todo, ahora con mas fuerza que nunca.

El otro extremo mi vida la mujer de ojos verdes que no solo trabajo para pagar mi carrera de comunicador, sino que ahora es mi reemplazo perfecto. Gavy y yo somos una sola persona que habita en dos cuerpos.

Ella carga un anillo que tiene un ventana de cristal, por la ventana se ven tres brillantes ella y yo sabemos que el primer brillante es Dios y los otros dos somos ella y yo.

Dios permita que muramos al tiempo para seguir los tres sin separarnos siquiera en la eternidad.

Arrivederci Roma

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